lunes, 21 de noviembre de 2011

LA CORRUPCIÓN Y MERINO: EL LADRÓN QUE SAQUEO POZA RICA



(Nota.- Artículo publicado inicialmente por el Diario “Noreste”, de Poza Rica, Ver., 6 de octubre de 2003)

Por Mario Román del Valle


Hace exactamente 45 años Poza Rica se cubrió de luto, debido a que las aspiraciones democráticas de nuestro pueblo se vieron frenadas por una sangrienta y brutal represión del grupo caciquil local que encabezaban el entonces principal directivo regional de Pemex, el ing. Jaime J. Merino, y el líder sindical Pedro Vivanco.
En aquella lejana tarde del 6 de octubre de 1958, varios miles de pozarricenses habían salido a las calles de la ciudad para protestar en contra de un descarado (uno de tantos) fraude electoral, por medio del cual Merino y su camarilla intentaban imponer a un oscuro y mediocre personaje como Presidente municipal. Casi cuando estaba por concluir la marcha de inconformidad, y justo en el momento en que la parte posterior de la columna humana pasaba a un lado del edificio sindical de la Sección 30, un grupo de pistoleros del clan merinista-vivanquista atacó arteramente y a mansalva a los manifestantes, disparándoles con pistolas y ametralladoras.
En la calle quedaron tirados varios muertos y decenas de heridos. El saldo real de este hecho sangriento, a la fecha no se conoce con. Y aún se discute mucho sobre la cifra exacta de los fallecidos en aquella trsite ocasión. Mientras los merinistas hablan con desprecio de “uno o dos muertitos”, los opositores del cacique señalan que fueron varias docenas de asesinados, y ciertamente algunas crónicas periodísticas de la época calculaban que eran “cuando menos 20 las personas que murieron como consecuencia de la terrible balacera” (1).

LA RIQUEZA DEL “CACIQUE BUENO”
Ya hemos señalado en anteriores “Historias”, que el audaz Jaime J. Merino , muy pronto se hizo de un poder económico y político super reconcentrado. Hemos apuntado que “principalmente durante los años de las Presidencias de Miguel Alemán y Adolfo Ruiz Cortines, en Poza Rica, Merino se convirtió en el jefe de una camarilla sumamente ambiciosa y voraz. El tráfico de plazas, la venta descarada de concesiones para las obras en Pemex (cualquier parecido con la realidad actual no es mera coincidencia), la imposición de una cooperativa que hacia las veces de una moderna tienda de raya, la exacción de onerosos e ilegales impuestos para obras públicas que resultaban siempre en negociazos para Merino y los suyos, la compra de conciencias mediante cohechos y el control de la economía total de la región a costa de trácalas, amenazas y violencias”, fueron las bases materiales de la gran riqueza personal que pudieron amasar los caciques del Poza Rica de aquellos años. Igualmente en otras “Historias” hemos informado que una investigación periodística minuciosa del reportero Antonio Caram demostró, en aquel tiempo, que Merino era dueño de casi todo Poza Rica:
“Nos enteramos, decía el trabajo periodístico, de las propiedades y negocios del ingeniero Merino. Cuando menos de algunos de ellos. Por principio de cuentas, tiene cerca de 20 millones de dólares (de los de aquella época) depositados en varios bancos de los Estados Unidos y es, copropietario o accionista, de los siguientes negocios: el Hotel Poza Rica (con un valor aproximado de 3 millones de pesos y que se construyó con materiales y trabajadores de Pemex); la pasteurizadora Huasteca de la que es socio el alemán Gualterio Adams (por cierto: Merino no permite que nadie de afuera introduzca leche en Poza Rica, por lo que sus habitantes se ven obligados a consumir la leche de su pasteurizadora); dos agencias de automóviles dos embotelladoras; los Colegios Motolinia y Tepeyac; dos líneas de autobuses; el estacionamiento Continental; las radiodifusoras `Tropicana´ y `XEPR´; el Banco de Tuxpan; 20 autobuses de transporte escolar; un colegio particular en Huauchinango y otro en Pachuca; cuatro automóviles de lujo; el fraccionamiento `Jardines de Poza Rica´; las colonias 20 de noviembre y Aviación; 3 aviones y un avión tipo caza y varias fincas diseminadas por toda la ciudad. Estas propiedades valen más de cien millones de pesos. Aquí cabe hacer una pequeña cuenta: Merino tiene 20 años de vivir en Poza Rica. Vamos a suponer, decía Caram, que en esos 20 años ganó un sueldo de 7 millones de pesos mensuales y supongamos también que ahorro íntegro su sueldo. Merino debía tener, actualmente (1958), un millón 680 mil pesos”.
Para decirlo pronto, y de una buena vez, Merino dedicó sus mejores esfuerzos para robar descaradamente a Petróleos Mexicanos. Y por eso acumuló rápidamente una enorme fortuna.









No hay comentarios: