miércoles, 8 de julio de 2009

Los Antecedentes de Poza Rica

La historia de Poza Rica está profundamente vinculada a la historia de la industria petrolera del país. Por eso debemos arrancar este estudio con los antecedentes del llamado “oro negro” en la región del Golfo de México.

El petróleo en la región cercana de Poza Rica, más concretamente en la zona totonaca, fue conocido y utilizado por nuestros antepasados indígenas desde tiempos remotos. Sobre el uso del petróleo en la época prehispánica quedan pocas evidencias y existen escasas referencias en las crónicas, relaciones e historias. Así, por ejemplo, en un interesantísimo estudio de 1937, se señalaba:

“Las manifestaciones superficiales que delataban la existencia del petróleo
en México, sobre todo en la costa del Golfo, eran de tanta consideración,
que no pudieron ser ignoradas por los indios. Las negras chapopoteras,
charcos de liquido viscoso, tan abundantes en Tuxpan y Pànuco; las
asfalteras viejas y oxidadas, vetas de una substancia fácil de tajar, que
cubren el suelo de Papantla; el extraño y hediondo burbujeo que agitaba
las linfas de algunos manantiales; la afluencia de aguas saladas o
sulfurosas, y la aparición de películas de irisaciones sombrías extendidas
en las superficies de ríos y lagunas, no podían menos de ser observadas
por los habitantes de la región” (1).

Esos charcos viscosos, y temibles sobre todo, recibieron un nombre especial, que ha llegado hasta nuestros días, formando con sus raíces, la palabra híbrida “chapapotera” (2).

Los antiguos totonacos recogían el llamado “chapapotli” de la superficie de las aguas para utilizarlo como medicina, iluminante, material de construcción y como incienso para sus suntuosos ritos religiosos.

Don Jesús Silva Herzog se atreve a plantear que “es posible que en ciertas localidades, como por ejemplo, en algunas zonas de Papantla, las vetas de asfalto superficiales, fáciles de explotar a tajo abierto fueran trabajadas desde entonces, como lo son ahora, para proveer a ingenuos escultores rústicos de un material maleable, casi plástico, facilísimo de esculpir” (3).


Puede decirse con justeza, que la historia de la explotación del petróleo en México empieza en esta misma región, ya que el doctor Adolfo Autrey, de origen irlandés (y más tarde naturalizado mexicano), descubrió en l88l unas chapapoteras en un lugar denominado Cougas, hoy Furbero, cerca de la hermosa ciudad de Papantla, Veracruz.

La mina de petróleo explotada por Autrey fue llamada “La Constancia”, y el petróleo extraído de ese lugar era refinado en un alambique localizado en Papantla, produciendo petróleo iluminante utilizado en las llamadas lámparas de aun qué.



¿Porqué se llama Poza Rica?



En su famoso y maravilloso libro, sobre la historia de Poza Rica, Don Sinesio Capitanachi Luna explica de dónde proviene el nombre de nuestra ciudad. Comenta Don Sinesio que en el año de l872, siguiendo órdenes del entonces Presidente de la República, Don Benito Juárez, llegó a nuestra región una brigada militar, que incluía topógrafos y cartógrafos al mando de un joven cadete militar llamado Victoriano Huerta, quien mucho tiempo después figuraría con negros caracteres en nuestra historia patria, al traicionar y mandar asesinar al gran líder de la Revolución y verdadero Presidente demócrata Don Francisco I. Madero. Esta brigada llegó a realizar trabajos de deslinde y repartición de cuatro grandes lotes de tierras, como parte de los programas de desamortización de los terrenos baldíos que las leyes de Reforma establecían.


Al lote número uno le llamaron “Corralillo”; al número dos, “Troncones y Potrerillo”; mientras que al tercer terreno lo titularon como “POZA RICA”; y el cuarto lote fue bautizado como “Poza de Cuero”.

El nombre de Poza Rica surgió debido a que en un paraje del río Cazones se ubicaba una poza profunda que los indígenas del lugar valoraban porque era rica, abundante, de una gran variedad de peces. Es decir, era una “poza rica en peces”. Y de ahí proviene l nombre de nuestro municipio, y no por alguna relación con el petróleo, lo cual se comprueba con los documentos que el militar Victoriano Huerta suscribió en aquel tiempo al fraccionar los terrenos de nuestra región, mucho antes de que se descubrieran los primeros y ricos pozos petroleros en nuestra hermosa tierra chica.

En l903, los terrenos y las modestas instalaciones de Autrey y de su socio, el norteamericano John F. Dowling, fueron comprados por la compañía petrolera inglesa “Oil Fields of México”, la cual era dirigida por los empresarios Percy Furber y Artur C. Payne. Esta compañía intensificó los trabajos de perforación de pozos petroleros, construyó una vía angosta de ferrocarril y un oleoducto que partía de Furbero a la terminal marítima de Cobos (en la margen derecha del río Tuxpan, frente al puerto del mismo nombre), y estableció sus oficinas y talleres en el campo petrolero de Palma Sola (situado a 11 kilómetros al suroeste de Poza Rica).





Y llegó “El Águila”.



En el año de l925 la poderosa empresa petrolera “El Águila” compró a su vez, todos los terrenos y propiedades que habían pertenecido a la “Oil Fields”, entre los que figuraba un extenso lote de terreno denominado Poza Rica. Para junio del siguiente año (l926) la compañía “El Águila” inició la perforación del pozo “Poza Rica Núm. 2”. Y en los próximos años continuó incesantemente buscando petróleo en la región, perforando en sitios como Mecatepec, Corralillos y el propio Furbero.
Por fin, la empresa británica alcanzó un importante éxito productivo cuando el pozo Poza Rica 2 brotó el l8 de junio de l930. Dicho pozo, además de contar con una buena capacidad productiva, tenía un petróleo de gran calidad, muy ligero, “casi parecido a la gasolina”, según recuerdan viejos petroleros (ahora ya fallecidos) como Rafael Suárez y Emilio Gallardo.

Los estudios sismológicos y geológicos de “El Águila” confirmaron el extraordinario potencial productivo del incipiente campo petrolero de Poza Rica, y por ello, en febrero de l932 la dirección regional de “El Águila” decidió iniciar trabajos de desmonte, limpieza y “chapoleo” en este sitio para trasladar sus oficinas, talleres y casas-habitación de Palma Sola a lo que sería un nuevo asentamiento poblacional: nuestra Poza Rica.














1 comentario:

Mario 55 dijo...

Me parece fundamental que un ciudadano pozarricense nos permita conocer la historia de nuestra maravillosa ciudad.
Lo felicito por tan importante aportación a los amantes de Poza Rica.

Atte.

Rosario Segura